El principio tradicional de un arte intemporal.
El 10mo hijo, Georgios Kaloidás, al crecer demuestra que, además de ser un excelente estudiante, también es un atleta excepcional. Como destacado y muy solicitado futbolista de la época, jugó en la Liga A de Atenas en ESPEROS Kalitheas, en la Selección de Grecia y en Panionios, contra los equipos de AEK y PAO. Sin embargo, si bien le habían propuesto ir a jugar a Panionios, su equipo, ESPEROS, no dio su consentimiento para el fichaje.
En caso de desacuerdo, la penalización de la época preveía la exclusión durante 3años. A pesar de ello, Panionios insistió y lo esperó durante tres años, pagándole un sueldo, dando a Georgios los medios, el tiempo y el incentivo para reivindicar nuevamente, junto a sus padres, la empresa que se vieron obligados a alquilar por motivos económicos. Así, empezaron a trabajar intensivamente en la panadería, lo que sería el principio de un gran arte.